domingo, 6 de enero de 2013

Mamá, dame de ti.



Mamá hazme soñar, enséñame como lo haces. Dime como creciste y como lograste crecer. Que aprendiste en tu camino. Mamá, muéstrame tu felicidad, muéstrame tus pasos, como los hiciste, como los construiste.  Siempre fuiste mi ser, siempre has sido una parte de mí, una pieza de mi vida. Un buen libro de ideas, una buena escalera que me hacía llegar lejos. Mamá siempre fuiste mi maestra de las victorias, mi médico en mis lloros. Ahora es hora de que te enseñe a volar, a ser libre. Quítate las cuerdas que te atan, es hora de que mi sonrisa haga aparecer la tuya, mamá es hora de que empieces a caminar lejos de tu pasado. Abre los ojos hacia tu futuro, aprende con tus nuevas caídas. Nunca podrás saber que aportas al mundo si no haces que la gente vea quien eres. Tus manos cansadas luchan por mí, por nosotras. Ha pasado mucho tiempo, deja que seas tú quien decida qué hacer, quien se deje llevar por el ritmo de un vals en una pista de baile gigante. Balancéate como un niño en un parque, déjate ver como una princesa en un desfile, elévate como un león ante su presa. Sonríe como una niña. Mamá es hora de ser feliz. Mamá es hora de aprender que el mundo te puede aportar muchas cosas, pero que tú puedes aportar muchas más. Agarra fuerte nuestra mano porque aunque pasen tornados y suenen truenos, ellas van a seguir agarrando la tuya. Tal como tú me sujetabas ante una carretera llena de coches veloces. Mamá es tiempo de sonrisas, de logros y alegrías, mamá es hora de que sea tu hora.

Sé loca. Pues las mejores personas lo están.
Te quiere. Tu hija.

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