domingo, 15 de julio de 2012

We will be the kings and the queens.


Algún día seremos los reyes y las reinas de nuestro reino. Donde decidamos el color de las cortinas, donde estará colocado el puente y donde veremos las estrellas al anochecer. En este momento nuestras bandejas de plata caen al suelo, y chocan contra el dolor. Nuestros platos de porcelana vuelan encima de nuestras cabezas, esperando herir muy fuertemente. El temblor del mundo, no nos deja pensar, no nos permite quedarnos quietos y mirar hacia nuestro futuro. Todos nuestros sueños por ahora tienen final oscuro, ese reino sigue en construcción, el color de las cortinas sigue siendo negro, y las estrellas no han salido. Dicen que detrás de la tormenta viene el amanecer, que detrás de nuestras lagrimas hay una gran sonrisa esperando para despegarse de los labios que no la dejan salir. Los corazones guardan sus latidos vivos y fuertes para más tarde. Las palmas no chocan, no aplauden por un futuro, simplemente esperan a sonar con fuerza para cuando brillemos. El mundo no está como para que construyamos reinos donde ver las estrellas. El mundo está esperando que logres algo independientemente de quien seas. Eso duele. No todo es tan fácil, no todo es como en los dibujos animados, donde el ladrón es encarcelado y los protagonistas brindan con champán al final de la historia. Tenemos una larga vida esperándonos, y no podemos dejar estos ladrones controlen el mundo, ni que no existan los reinos con cortinas de colores. Debemos actuar, para crear nuestro camino donde finalmente brindemos por el logro. Empecemos por
un 'juntos podemos'.