jueves, 19 de septiembre de 2013

Safe and Sound.


El día en que tus lágrimas dejaron atrás el escondite, supe ver que había algo cruel en ti. Que alguien te había arañado, que alguien había destruido tus castillos de arena, tus 'buenas noches cielo'. Porque ya no eran dos los que agarraban tu mano, en un momento en el que no podías columpiarte sin ayuda.
Y ¿sabes?, aquel día pensaste en soledad. Todos te señalan de niño, pero ellos no saben que nadie te enseñó el lado malo de las cosas, que lo tuviste que ver en un momento en el que no tocaba crecer.
Acudiste a la infancia, en esa en la que sigues ahora, a pesar de tu altura y tus grandes manos.
Te refugiaste en el lugar de las sonrisas, en el lugar donde no existe maldad, donde todos se burlaban pero nadie podía herirte.
No hay lugar más bonito a cual pertenecer, porque dime, ¿quién quiere crecer cuando eres tú mismo, sin importar prototipos, colores o tamaños? Donde no dudabas ni por un momento en que lograrías ser el más alto que se columpiara, donde no habían corbatas, maletines o esos absurdos billetes en los que no puedes ni pintar esos garabatos que tanto te gustan.
Y ¿sabes? Quédate donde estás, porque aquí estás sano y salvo, conmigo.