Prometías el derecho a la vida,
el derecho a la libertad
y a la seguridad de mi persona.
Prometías cosas como el sufragio universal, la
igualdad ante la ley
y mi inocencia hasta que se demostrara lo contrario.
Prometías reformarme y hacerme un parque donde poder columpiarme.
Prometías la
luna a los que no tenían ni agua y el sol a los que no brillaban.
Solía
escuchar de tu boca tanto ruido,
que distorsionabas.
Ahora,
es cuando yo te
prometo,
que mientras haya ciudades, leyes injustas
o niños muriéndose de
hambre.
Que mientras goces tu vida de lujos
tu pueblo se hunde ante
las calles que no limpias
y que gritan los 29 de cada mes.
Que mientras
construimos tu yate con llagas en las manos,
el mar siga negro por lo sucia que
tienes tu boca
o siga habiendo mujeres sometidas a normas y estereotipos.
Que
mientras nos calles a golpes y aquel padre suba a hombros a su hijo
para que
grite más alto.
Tú y yo seguiremos en guerra.
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